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sábado, 25 de agosto de 2018

EPN y el PRI quieren dejar BIEN AMARRADO tema energético en TLCAN




Ya se veía venir, tanta miel no era creíble, pues los equipos de negociación mexicanos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), uno dirigido por Ildefonso Gguajardo y Luis Videgaray, Secretarios de Economía y Relaciones Exteriores respectivamente, que representan los intereses de la administración del Presidente Enrique Peña Nieto, el otro comandado por Jesús Seade representando al equipo de transición del Presidente Electo Andrés Manuel López Obrador, tuvieron una fuerte diferencia en relación a temas energéticos.

Pues resulta que el peñismo quiere dejar bien amarrados los contratos energéticos que ya tienen firmados y su argumento es que el texto Constitucional en diversas partes del Artículo 27 permite la intervención de capital extranjero en esta materia y que llevan mucho tiempo negociando sus cláusulas en el TLCAN.

El argumento


A inicios de la semana Ildefonso Guajardo se manifestó optimista de poder cerrar el Tratado a finales de esta semana para que lo firmara EPN y Jesús Seade simpatizaba con la idea.


Todo iba bien hasta que llegaron al tema más espinoso de todos, el energético, pues el actual gobierno prometió su homólogo estadounidense incluirlo en la renegociación, pues la Reforma Energética ya lo consideraba, sin embargo, esto no comulga con el proyecto de transición, pues el Presidente Electo necesita tener total control del tema energético para llevar a la práctica las promesas de campaña que son la reactivación de las refinerías existentes, la construcción de una más en el Estado de Tabasco y la reducción del precio de las gasolinas a mediados del sexenio, pues los combustibles estarían produciéndose en tierra mexicana, lo que eliminaría los costos de importación y reduciría los de traslado pues se estarían trasladando desde el interior del país a su destino en diferentes puntos de la República.

La prueba de fuego para el equipo de transición de AMLO


Ante tal tensión y viendo la resistencia del gobierno entrante, la administración peñista ha dejado solo a Seade tan solo con una reunión agendada con Robert Lighthizer, el representante de la parte estadounidense en la renegociación del TLCAN, ya que los negociadores de EPN dijeron que no podían hacer semejante propuesta a su contraparte norteamericana porque el tema estaba considerado desde la implementación de la Reforma Energética y en las normas de origen del  Tratado.

En dicha reunión, realizada el pasado 21 de agosto, al principio se supo por boca del propio Seade que no se habían dado diferencias y regresó de inmediato a México, mientras que Guajardo y Videgaray se quedaron en Washington para seguir con los diálogos.


Sin embargo, en una filtración se publicó en The Wall Street Journal, se supo que cuando Seade le planteó a Lighthizer la eliminación de la cláusula energética del TLCAN, este le respondió "don't fuck me" (no me jodas) y que de ninguna manera podría presentarle tal cosa al Presidente Donald Trump, pues la rechazaría de inmediato. Así mismo el estadounidense también planteó que esto no sería apoyado ni por empresarios petroleros, ni por la legislatura, sobre todo la Republicana, ya que estos reciben donaciones bastante generosas de dicho sector para sus campañas.


Hay que tomar en cuenta que AMLO muy difícilmente apoyaría la inclusión del tema energético en el TLCAN, pues sería absurdo hacerlo porque la legislatura de mayoría morenista que entrará en una semana, el 1 de septiembre, pondrá en los primeros puntos de la agenda, tanto de San Lázaro como del Senado las modificaciones correspondientes para reorganizar la actual Reforma Energética.

Una tensión esperada y una respuesta por plantear


El asunto se veía venir, pues era ilógico pensar que los empresarios petroleros estadounidenses doblarían las manos fácilmente en pro del interés público del pueblo mexicano, no en balde Lázaro Cárdenas en 1938 terminó expropiando dicha industria.

Ahora bien, si se cierra el libre comercio con Estados Unidos no es el fin del comercio exterior ni un símbolo de quiebra, pues habría que voltear a ver otras opciones, como China, Rusia o países de Centro y Sudamérica, lo que traería excelentes beneficios a México y sus socios comerciales, y en lo particular, estimado lector, pienso que nuestro vecino del Norte necesita más de nosotros, que nosotros de él.


Por lo pronto el tiempo corre y al equipo de transición le urge que se acabe la semana para que los legisladores entrantes puedan poner manos a la obra a la brevedad y apresurar las primeras modificaciones para poner freno a los puntos que ponen en peligro, no solo las promesas del Presidente Electo, sino también la tan necesaria autonomía energética.

Y también habrá que esperar la reacción personal del Presidente Donald Trump quien no se caracteriza precisamente por su paciencia y prudencia y seguramente responderá con un chantaje para resolver la renegociación del TLCAN a favor de los Estados Unidos.

El reloj está en marcha.

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