sábado, 26 de diciembre de 2020

López Dóriga y el PAN manipulan ajuste del IEPS a gasolinas y lo venden como GASOLINAZO





En días recientes nos enteramos que, como sucede cada año, se publicó en el Diario Oficial de la Federación un ajuste al Impuesto Especial a Producción y Servicios, mejor conocido como IEPS, el cual se aplica a diversos productos, entre los que se encuentra la gasolina.

La oposición, para no variar, ya lanzó hipócritamente sus ataques de "GASOLINAZO", lo que es falso, pues

"Esta alza al precio de los combustibles fue bautizada de esta forma por el constante aumento al costo de la gasolina al usuario final".

Actualmente el IEPS, efectivamente, se ajusta al inicio de cada año y no vuelve a sufrir aumentos el resto del año, por lo que no puede ser calificado como GASOLINAZO.

Pero...

"¿Por qué no es fácil eliminarlo con un decreto presidencial o una iniciativa de ley en la Cámara de Diputados o en el Senado?"

Para entenderlo hay que ver cómo funcionaba este impuesto en los sexenios de Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto.

El IEPS en tiempos de Calderón


El IEPS es un impuesto especial aplicado a ciertos productos, por ejemplo, a los de alto contenido calórico (dulces, chocolates y refrescos) y los combustibles.


Ahora, dicho impuesto es implementado directamente por la Secretaría de Hacienda desde el sexenio de Felipe Calderón quien, dicho sea de paso, tenía como titular a Jose Antonio Meade, de ahí que al ex-candidato presidencial del PRI se le conozca como "El Padre del Gasolinazo".


A pesar de ello, el llamado gasolinazo en el sexenio de Calderón, fue implementado gradualmente, es decir, la gasolina subía unos pocos centavos cada mes, por lo que el aumento casi no se sentía, aunque cabe mencionar que el Presidente del empleo  (que terminó siendo más bien el Sepulturero de la Nación) se quedó con las ganas de probar las mieles de la Reforma Energética que, en aquel tiempo, bloqueó el PRI.

El IEPS en tiempos de Peña Nieto


El Presidente Peña Nieto recibió el Poder de manos de su antecesor en los primeros minutos del día 1 de diciembre de 2012, es decir, en la noche y oculto del escrutinio público; luego el mismo día cumplió con el trámite de ley, la Protesta ante el Congreso de la Unión.


Ya en la Presidencia EPN pasó 2013 y 2014 con el mismo esquema de aumento, mientras que se gestaba, ahora sí, la Reforma Energética. Una vez con el apoyo legal aprobado por los Partidos (excepto Morena y unos pocos legisladores del PRD) el Presidente tuvo el cinismo de salir en medios de comunicación y afirmar que "en 2015 ya no habría más gasolinazos".


El gusto duró poco porque lo peor estaba por venir.

El desmadrito y el fatídico 2017


Ya en 2016 se dieron las primeras concesiones a privados para la explotación de petróleo con beneficios casi directos para ellos, pues la utilidad que se obtenga de la extracción del energético es compartida y se emiten los primeros permisos para la instalación de gasolineras de dichas empresas.


En 2017 se tomó la decisión de liberar el precio de la gasolina UN AÑO ANTES de lo programado en la Reforma Energética, es decir, que no conformes con vender la independencia energética mexicana decidieron desfalcarla antes de tiempo para darle una estocada mortal de la que sería casi imposible recuperarse y es aquí, estimado lector, donde nos encontramos ahora, con un PEMEX debilitado, el futuro energético comprometido y el litro de gasolina más caro que el dólar estadounidense.

El IEPS en tiempos de AMLO


La oposición al nuevo gobierno sabe que, ante la entrada de empresas privadas a la explotación de petróleo, PEMEX pierde una cantidad considerable de ingresos, por lo que solo queda el IEPS para cubrir una parte del bache financiero que esto dejó. El Presidente Peña Nieto tapó un hoyo abriendo otro más grande.

Es así que, si bien es cierto que se prometió bajar el precio de los combustibles (que está programado para el tercer año de gobierno) y una forma de hacerlo es reduciendo o eliminando el IEPS de la ecuación, también es igual de cierto que hacerlo implicaría dejar, ya no un bache, sino un vacío económico pues ya no se percibiría una fuerte cantidad de dinero, provocando así un desequilibrio financiero.


Por esto es que, primero, no se puede reducir o eliminar el IEPS de un plumazo porque habrá que determinar de donde se obtendrán esos recursos y segundo, resulta mañoso que la actual legislatura proponga eliminar el impuesto precisamente ahora y votar a favor.

Por lo anterior preguntaría al PRI, PAN, PRD y demás... ¿por qué no presentaron esta iniciativa hace años y la votaron a favor? La respuesta es sencilla, porque eran gobierno y no les convenía reducir o eliminar ese ingreso, ya que se tenían sueldos astronómicos, prestaciones muy superiores a las de ley y se pagaban precios infladísimos a proveedores-cuates.


La baja de combustibles viene, sí o sí, pero será producto de una estrategia bien planeada que puede, no sólo reducir el costo de las gasolinas en el sexenio obradorista, sino que la medida se podrá sostener otro buen número de años más como actualmente lo hacen muchos programas sociales en la CDMX que nacieron cuando AMLO fue Jefe de Gobierno y que aún se mantienen funcionando.


Y usted, estimado lector ¿qué piensa?


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