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Con el reciente resultado de la consulta ciudadana sobre el futuro del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde ganó la opción del Presidente Electo Andrés Manuel López Obrador, vinieron una serie de reacciones que convirtieron el escenario político nacional en un polvorín.
Dentro de este polvorín está el contexto económico, el cual se ha complicado en las últimas semanas y se ha responsabilizado a López Obrador al respecto.
El dólar llegó a $20.20... es culpa de AMLO y su Consulta.
La inflación aumentó... es culpa de AMLO y su Consulta.
El país decrece de la expectativa original... es culpa de AMLO y su Consulta.
Las calificadoras de riesgo ponen en duda la nota a México... es culpa de AMLO y su Consulta.
Ya sólo falta que la caravana de hondureños migrantes y las reacciones desmedidas del Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, también sean culpa de AMLO y su Consulta.
Por mucho que se deteste al Presidente Electo y lo que podrían ser sus futuras decisiones, es absurdo creer que los sucesos anteriores se dieron enteramente por la Consulta ciudadana sobre el futuro del NAIM y la eventual cancelación de Texcoco.
Tengamos en cuenta que Enrique Peña Nieto aún es Presidente de este país y aunque muchos ya queremos verlo fuera, la realidad es que la situación económica todavía es su responsabilidad y lo que haga o deje de hacer influye en el desarrollo financiero nacional.
El dólar
El dólar subió en los últimos días, en números redondos, de $19.50 a $20.30, es decir que subió 80 centavos que en términos porcentuales es apenas un 4%; sin embargo, EPN lo recibió en $12.50 y es él quien lo tiene arriba de $19.00, es decir, que en el sexenio 2012 - 2018 ha subido $7.00, lo que se traduce en 56%.
Es una medida económica compleja, pero que en términos simples se refiere al poder adquisitivo del salario y, aunque la decisión de cancelar Texcoco influye en los mercado nacionales, no podemos borrar de un plumazo los 6 años de malas decisiones que hemos tenido.
Desde que empezó el sexenio el crecimiento económico siempre ha estado sobrevalorado. En 2013 prometieron 4.5% o poquito más y terminó en poco menos del 1.5%, situación que no fue muy diferente en los años que siguieron, por lo que es absurdo creer que el precario crecimiento económico se debe al resultado de la Consulta.
Dichas instancias asignan una calificación crediticia a un país, es decir, que lo único que hacen es decirle al mundo la reputación financiera que se tiene o en palabras simples, con cuanto dinero un país se puede endeudar, cuál es su capacidad de pago y, sobre todo, qué garantías ofrece para que lo anterior suceda, de ahí que quieran colgarle el milagrito a la Consulta.
Por otro lado... ¿de verdad la Consulta es capaz de tirar la reputación que un país construyó a lo largo de los años? Porque por muy mal que caiga a algunos, las medidas aún no se implementan y mientras una calificadora ya devaluó los bonos del NAIM en 15%, otra afirma que esperará 6 meses para emitir su dictamen, por lo que los dichos de estas instancias parecen más especulativos que reales.
Seamos críticos y honestos. Si la situación económica de México fuera tan buena como se presume con los slogans "Moviendo a México", "Lo bueno cuenta y cuenta mucho" y el más reciente "Lo bueno cuenta y queremos que siga contando" y otras joyas más...
La respuesta es dura. La administración de los últimos 6 años ha sido tan mala y tan débil que un instrumento honorífico como la Consulta para definir el futuro del Nuevo Aeropuerto fue suficiente para ocasionar toda esta ecatombe económica.
En pocas palabras, efectivamente, la Consulta fue la gota que derramó el vaso, pues en menos de un mes podría comenzar a convertirse en realidad, pero en definitiva, no podemos colgarle a la autoridad honorífica del Presidente Electo depositada en Andrés Manuel López Obrador, lo que es responsabilidad de una autoridad formal, el Presidente Constitucional, confiada a Enrique Peña Nieto.
Por otro lado... ¿de verdad la Consulta es capaz de tirar la reputación que un país construyó a lo largo de los años? Porque por muy mal que caiga a algunos, las medidas aún no se implementan y mientras una calificadora ya devaluó los bonos del NAIM en 15%, otra afirma que esperará 6 meses para emitir su dictamen, por lo que los dichos de estas instancias parecen más especulativos que reales.
Está claro
Seamos críticos y honestos. Si la situación económica de México fuera tan buena como se presume con los slogans "Moviendo a México", "Lo bueno cuenta y cuenta mucho" y el más reciente "Lo bueno cuenta y queremos que siga contando" y otras joyas más...
¿De verdad una Consulta ciudadana sin efectos legales propuesta por una autoridad simbólica (porque eso es un Presidente Electo hasta que entra en funciones como Presidente Constitucional) tendría el poder y la influencia de tirar todo ese esfuerzo realizado por una buena administración?
La respuesta es dura. La administración de los últimos 6 años ha sido tan mala y tan débil que un instrumento honorífico como la Consulta para definir el futuro del Nuevo Aeropuerto fue suficiente para ocasionar toda esta ecatombe económica.
En pocas palabras, efectivamente, la Consulta fue la gota que derramó el vaso, pues en menos de un mes podría comenzar a convertirse en realidad, pero en definitiva, no podemos colgarle a la autoridad honorífica del Presidente Electo depositada en Andrés Manuel López Obrador, lo que es responsabilidad de una autoridad formal, el Presidente Constitucional, confiada a Enrique Peña Nieto.
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