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sábado, 8 de diciembre de 2018

A una semana... Los tres signos que marcaron la toma de posesión del Presidente López Obrador





A las 11:30 hrs. del 1 de diciembre de 2018 Andrés Manuel López Obrador rindió la protesta de ley como Presidente de la República ante el Congreso de la Unión, representantes del Poder Judicial y visitantes de varios países del mundo.


A pesar de que este suceso se repite cada 6 años, no podemos ignorar el hecho de que la última vez que un Presidente rindió protesta en un ambiente de fiesta fue Vcente Fox en el 2000, mientras que Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto lo hicieron en medio de una crisis política, social y electoral, arropados por sus Partidos, por el Ejército, la Marina y la Policía Federal.

Por lo anterior no podemos dejar pasar tres signos que rompieron con la tradición que exaltaba en exceso la imagen del Presidente entrante y por primera vez en la Historia reciente lo dejó ver como lo que es: un ciudadano con un encargo público especial.

Desaparición del Estado Mayor Presidencial


Desde la campaña AMLO alabó la labor del Ejército Mexicano y la gran valía de sus elementos, sin embargo, también afirmó que era excesivo el hecho de que el Presidente de la República contara con un cuerpo de seguridad militar tanto para él como para su familia.


En su momento prometió disolver el cuerpo de élite militar e incorporarlo a los efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional, pues al ser Presidenciales, no dependían del Titular de la SEDENA, sino directamente del Ejecutivo Federal.

López Obrador recibió un aparato discreto de seguridad del EMP en algunas ocasiones hasta el viernes 30 de noviembre de 2018, después de esa fecha depende de un cuerpo de seguridad ciudadano y de las policías de los Estados.

El tradicional Jetta blanco


En ocasiones anteriores vimos como los Presidentes entrantes se hacían acompañar de un fuerte aparato de seguridad, elementos del EMP a pie y cadetes del Colegio Militar a caballo, mientras ellos saludaban a la multitud desde un automóvil descapotado durante su traslado de la Cámara de Diputados hasta el Palacio Nacional.


Andrés Manuel López Obrador salió de su casa y se trasladó en su habitual Jetta de color blanco, con ventanillas abajo, tan solo con escolta policíaca y a la vista de todos los que salieron a su encuentro y, aunque ciertamente hubieron vallas de contención en los caminos estas no fueron excesivas a tal grado que la gente no lo pudiera ni ver.



Después de rendir protesta ante el Congreso abordó nuevamente su automóvil rumbo al Palacio Nacional y al llegar a las afueras del inmueble, con banda presidencial al pecho y sin fuertes dispositivos de seguridad, descendió del vehículo y se acercó a la multitud que lo esperaba para saludarlos personalmente.

Los cadetes



Los personajes más emblemáticos y probablemente los más emotivos fueron los cadetes que acompañaron a los representantes de los poderes Ejecutivo y Legislativo.

Un cadete de la Escuela Naval detrás del ex-Presidente Peña Nieto, una cadete del Colegio del Aire custodiando al Presidente del Congreso Porfirio Muñoz Ledo y un cadete del Colegio Militar asistiendo al Presidente López Obrador.

Aunque casi imperceptibles, ocuparon un lugar privilegiado en la tribuna, pues la tradición marcaba que un militar de alto rango, el General del Ejército que sería el Jefe del Estado Mayor Presidencial, fuera el que acompañara y asistiera al Presidente entrante para colocarse la Banda Presidencial, símbolo que embiste al Presidente Electo como Presidente Constitucional.


En esta ocasión Andrés Manuel se hizo acompañar por un cadate del Colegio Militar, es decir, un joven en preparación que en un futuro se convertirá en miembro activo del Ejército Mexicano.

No solo fue un militar acompañando al Presidente, fue la juventud mexicana, el pueblo uniformado quien asistió a su Comandante Supremo a revestirse del poder de servir a la gente.


Nunca se mencionó el nombre del cadete, tampoco se le entrevistó, pero estoy seguro que este es un momento que nunca esperó vivir y que, seguramente, lo acompañará toda su vida.

Que un cadete, un estudiante con el rango militar más bajo asista a su Comandante Supremo debe ser un altísimo honor, de esos que solo se tienen una vez en la vida y este, estimado lector, es por mucho el momento más emotivo de la toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador como Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.

Significados


Aunque aparentemente irrelevantes, los tres signos (la ausencia de la élite militar, el traslado en un vehículo común sin aparatos de seguridad invasivos y el acompañamiento de un joven emanado del pueblo) que se dejaron ver en la toma de posesión de AMLO como Presidente, son muestra clara de cómo gobernará: sin olvidarse del pueblo y siempre cercano y pendiente de las necesidades de todos y no solo de los de arriba como hicieron los Presidentes desde Luis Echeverría en 1970 hasta Enrique Peña Nieto en 2018.

Me canso ganso.





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