Algunos medios de comunicación como Proceso y El Economista han replicado la declaración de Rocío Nahale, futura Secretaria de Energía, que dice que no habrá Quinazo para Carlos Romero Deschamps, líder del Sindicato de Trabajadores de Petroleros de la República Mexicana y representativo de la corrupción más rampante, no sólo del PRI, sino de la Historia de México.
Las redes se encendieron y de inmediato tacharon a Nahale de traidora y de que promoverá la impunidad, por lo que sería más de lo mismo. Nada más alejado de la realidad.
En corto, el caso de La Quina
Joaquín Hernández Galicia, mejor conocido como La Quina, fue líder del sindicato de trabajadores de PEMEX por 28 años, de 1961 a 1989, y junto con personajes como el eterno Fidel Velázquez, fue un representativo del sindicalismo charro en México.
Durante décadas La Quina trabajó con todas las administraciones públicas federales desde Adolfo López Mateos hasta el primer año del sexenio de Carlos Salinas de Gortari y fue precisamente en el gobierno de este último que, con la entrada de los tecnócratas al gobierno, comenzó la venta de las empresas del Estado.
Salinas vendió todo lo que pudo, pero la cereza del pastel era PEMEX, pues representaría una cantidad de capital enorme la que entraría a las arcas federales, sin embargo, la venta de la paraestatal implicaría el sacrificio de la fuerza trabajadora de la empresa y su autonomía, y es aquí donde entra Joaquín Hernández Galicia, cuyo único pecado fue manifestarse pública y frontalmente contra la voluntad del Presidente.
Sin decir agua va y sin una investigación exhaustiva, La Quina fue acusado de acopio de armas de uso exclusivo del Ejército y homicidio en primer grado junto con otras 30 personas relacionadas con el Sindicato de PEMEX y llama la atención que, pese a haber acumulado un poder político muy fuerte en las zonas de desarrollo petrolero y por consecuencia haber accedido a recursos públicos de forma cuestionable, no fue acusado de corrupción o desvío de recursos Estado. El líder petrolero pasó 8 años en prisión y fue una amnistía otorgada por el Presidente Ernesto Zedillo la que lo puso en libertad en 1997.
¿Qué significa entonces que no habrá Quinazo contra Romero Deschamps?
Por tanto decir que no habrá Quinazo contra Carlos Romero Deschamps no implica impunidad ni perdonar el comportamiento cuestionable del líder sindical, sino el hecho de que no se harán investigaciones al vapor, con pruebas frágiles y por el solo gusto y satisfacción del Presidente, por lo que el actual líder sindical no tiene la victoria ganada.
Para aplicar la ley y administrar la justicia en un país con Estado de Derecho como el nuestro está el Poder Judicial, para que haga las acusaciones e investigaciones correspondientes, no en balde parece que mantendrán sus sueldo millonarios, pese a que violan el principio de bienestar social impreso en la Constitución al establecer, con conocimiento de causa, sueldos y prestaciones muy por encima de lo socialmente justo.
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