El pasado viernes 3 de agosto Andrés Manuel López Obrador, vitual Presidente Electo de México, publicó un video en su cuenta de Facebook en que se le ve con José Antonio Meade, ex-candidato del PRI a la Presidencia de la República.
Llama la atención como apenas hace unos meses Meade atacaba duro, con todo y hasta bajo a López Obrador ¿Cómo olvidar aquella acusación que hizo el abanderado PRIISTA a Nestora Salgado, hoy Senadora Electa por el Estado de Guerrero? En aquel entonces, sin importar los constantes embates de los adversarios, Andrés Manuel aguantó estoicamente cada acusación, unas basadas en datos incompletos, otras sostenidas en mentiras o falsedades, lo que le generó una imagen de madurez política y hoy, de ser atacado y decirle que las cosas "malas" quedaban en su conciencia, ahora le dicen "gracias Licenciado". José Antonio Meade, el dos veces Secretario de Estado, el dos veces Licenciado, el Doctor por una universidad en el extranjero, el #YoMero, cuadrado ante el Sr. Presidente Electo. Vueltas que da la vida.
Crear un ambiente de paz como prioridad para gobernar
López Obrador siempre ha hablado de un cambio, por ejemplo, en 2006 tomó la bandera de la República Amorosa, en 2012 la Renovación Moral y ahora en 2018 la de la Reconciliación. Esta constante es normal y entendible, pues cualquiera que quiera aspirar realmente a gobernar este país, sabe que lo primero es crear un ambiente para poder trabajar en paz. No en balde en su discurso cita constantemente al Gral. Lázaro Cárdenas, Presidente de México de 1934 a 1940.
En aquel entonces el Jefe Máximo de la Revolución, Plutarco Elías Calles, gobernaba tras bambalinas manejando a quien ocupara la Silla Presidencial; lo hizo con PortesGil, con Abelardo L. Rodríguez y con Ortíz Rubio y, mientras Calles estaba seguro entre las sombras, los engendros del Maximato eran quienes se jugaban el físico, literalmente, cada día y tenían que enfrentar a los llamados "alzados", los Generales Revolucionarios que defendían sus propias causas en diferentes partes del país. Calles terminó entendiendo que no podía seguir gobernando así y creó en 1929 el Partido Nacional Revolucionario (abuelito del PRI), institucionalizando a los alzados dándoles hueso, tierras o dinero y es de este proceso que emana la Presidencia de Cárdenas en 1934.
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| Lázaro Cárdenas y Plutarco Elías Calles |
Cirtamente, Cárdenas llega a la Presidencia de la República apoyado por Calles sin embargo, a pesar de contar con todo el respaldo de su mentor, el nuevo Presidente sabía que gobernar era todo un reto por la cantidad de enemigos que se habían generado por las inconformidades creadas por el Maximato dentro y fuera del aparato del Estado. Por tal motivo, una de las primeras decisiones tomadas por Cárdenas fue "limpiar" el gobierno de los callistas fieles al Jefe Máximo e incluso llegó al extremo de desterrar al Gral. Calles del país (aunque también existe la versión de que fue una decisión de común acuerdo) por su constante intervencionismo y declaraciones en materia de política interna. El Presidente entendió que si quería realmente gobernar, debía crear un ambiente de relativa paz que le permitiera tomar decisiones para que México mejorara y el tiempo le dio la razón.
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| Lázaro Cárdenas y Manuel Ávila Camacho |
Podríamos tachar a Cárdenas de intolerante, pues se deshizo de los callistas, sin embargo, si observamos bien, no tomó esa decisión con todos, pues aceptó en su equipo de gobierno e incluso en su círculo más cercano a Callistas que no eran ciegamente fieles al Jefe Máximo, tal fue el caso del Gral. Manuel Avila Camacho, quien fungió como Secretario de Guerra y Marina (hoy SEDENA y SEMAR) en el gobierno cardenista y este, a su vez, lo "destapó" para ser su sucesor en la Presidencia. Cuando Ávila Camacho llegó a la titularidad del Ejecutivo Federal en 1940 permitió el regreso de Calles al país e incluso lo invitó, junto a todos los ex-presidentes vivos, para dar la imagen de unidad al interior del país durante la Segunda Guerra Mundial (de izquierda a derecha en la fotografía: Pacual Ortíz Rubio, Abelardo L. Rodríguez, Plutarco Elías Calles, Presidente Manuel Ávila Camacho, Lázaro Cárdenas y Emilio Portyes Gil).
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| Ex-presidentes con el Presidente Ávila Camacho |
Entonces... ¿por qué AMLO invitó a Meade a una reunión?
López Obrador no solo necesita mantener su discurso de unidad, hablar de reconciliación y prometerla a quienes votaron por él, sino que debe enviar un mensaje claro y de que esta paz de la que tanto habla será, literalmente, para todos los mexicanos sin importar preferencia política.
La campaña de Meade fue particularmente agresiva, sin embargo, estábamos en el calor de la campaña presidencial y estas tienen a sus equipos de trabajo, entre ellos, la sección de imagen y comunicación y es ahí donde, al tener cierta libertad de acción y seguir una agenda, se centra la elaboración de la estrategia.
Para nadie es un secreto que Meade no tenía las cualidades para ser candidato para un cargo de elección popular y menos presidencial, pues para eso se necesitan básicamente dos cosas: primero, la imagen de ser prácticamente intachable; segundo, ser carismático con las masas. A Pepe Meade le hicieron la imagen, lo vistieron, lo tundieron de un maquillaje político que nadie se creyó y fue precisamente eso lo hizo que no convenciera; la falta de originalidad y el exceso de pantalla lo hundieron, además de cargar una loza enorme y pesada llamada PRI-GOBIERNO, por lo que hoy, en lugar de estar en el lugar del Presidente Electo, está en el sitio del "Gracias Licenciado".
De aquí que el discurso de Andrés Manuel en este video sea acertado cuando dice del ex-candidato presidencial: "es una persona decente, buena, honorable" y de aquí que el hecho de haberlo invitado a su casa a convivir e intercambiar puntos de vista, pues no podemos negar la riquísima experiencia que tiene Meade en la administración pública federal, sea una clara señal de que, literalmente, escuchará a todos, DE VERDAD A TODOS, con tal de que México realmente progrese y, al atender especialmente a sus adversarios, también envía señales de que quiere gobernar en paz, claro, siempre y cuando a quienes incluya de la oposición no quieran aprovecharse de su posición política para enriquecerse.
Cuando atacaron a Andrés Manuel con la campaña de que México se convertiría en Venezuela si el ganaba las elecciones guardó mucho silencio, pero el embate fue tan fuerte que se vio en la necesidad de responder y dijo: "Ni chavismo, ni trumpismo... sí juarismo, sí maderismo, sí cardenismo, sí mexicanismo". Pues bueno, estimado lector, así como Cárdenas también escuchó a sus adversarios políticos como pudo haber sido el caso de Ávila Camacho en su momento, ahora AMLO hace lo propio con Meade y con los que antes eran oposición y se han sumado al proyecto de nación que será la columna vertebral de la Cuarta Transformación de México. Como con Cárdenas, el tiempo dirá si López Obrador tuvo razón.
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